The Washington Post ha publicado extractos de nueve sermones de Pascua durante esta pandemia de COVID-19, uno de ellos fue el del Rdo. Dr. Gabriel Salguero es pastor en Calvario City Church en Orlando, Fla., y presidente y fundador de la Coalición Nacional De Latinos Evangélicos.
«Cuando aún estaba oscuro, María Magdalena fue a la tumba», aprendemos en el Evangelio de Juan. «Aún, oscuro» es una apta descripción para lo que estamos viviendo en la era del covid-19, en medio de tanto lamento y temor.
La primera Pascua de Resurrección es un recordatorio de que muchos de nosotros llegamos a nuestra mañana de esperanza a través de nuestra propia Vía Dolorosa– calle de sufrimiento. Recordamos que los primeros discípulos estaban llenos de ansiedad, viviendo bajo la sombra de la muerte, y obligados a «ponerse en cuarentena» para preservar sus vidas.
La Resurrección no obvia ni la Cruz de Cristo ni el sufrimiento humano. En cambio, la Resurrección nos llama a reconocer el sufrimiento, y luego a responder con perfumes de consuelo. Después de todo, la Pascua es un tiempo para mostrar amor y solidaridad humana. Y aunque ésta presente crisis requiere que nuestra presencia sea virtual, no es menos importante.
Consolamos con oraciones e intercesión por los que viven con el coronavirus, y para aquellos que han perdido a un ser querido. Respondemos a través de nuestras oraciones de protección para médicos, enfermeras y los de primeros auxilios, así como camioneros y agricultores que nos proveen alimento. Ofrecemos solidaridad orando y abogando por los ancianos, los encarcelados, los inmigrantes y los refugiados que pueden ser olvidados en tiempos de crisis.
María Magdalena gozó de la gloria y la paz de la Resurrección sólo porque primero se atrevió a enfrentar el sufrimiento de la tumba. Lo que nos da licencia para celebrar la vida es el hecho de que primero hemos aprendido a llorar. Esta Pascua, recordamos que la esperanza no ignora el temor, el lamento, el dolor o la tristeza. Nos recuerda que no tendrán la última palabra.
Para ver la publicación original en The Washington Post acceder a este enlace https://www.washingtonpost.com/opinions/2020/04/10/we-are-never-alone/?arc404=true#Salguero
