La Pascua en Jerusalén, una experiencia que entrelaza la religión y el turismo de una manera excepcional

Viajar a Jerusalén es una experiencia inolvidable en cualquier fecha del calendario, independientemente del trasfondo cultural o las creencias religiosas de los visitantes.

Además de su fascinante arqueología e historia sin igual, Jerusalén tiene muchos otros atractivos. Es una de las ciudades más antiguas del mundo, es la capital del único país democrático de Oriente Medio y, es considerada una ciudad sagrada por tres de las mayores religiones monoteístas: el judaísmo, el cristianismo y el islam.

En los últimos cinco años, se estima que más de 3,250,000 de turistas han viajado  a Israel, de los cuales el 90% visita Jerusalén.

Sin embargo, aunque es visitada por millones de personas anualmente, sólo aquellos que viajan durante la celebración de la Pascua, pueden ser testigos de una ceremonia muy peculiar, donde la religión y turismo se entrelazan de una manera excepcional.

De acuerdo con Ruben Taube, ciudadano israelí de origen uruguayo, la Pascua es la segunda celebración que atrae al mayor número de cristianos, después de la Fiesta de los Tabernáculos que organiza La Embajada Cristiana Internacional de Jerusalén, desde hace 35 años.

Iglesia de la Naciones (1)

«El origen de la Pascua cristiana se remonta a la ceremonia misma de la Pascua judía o Pésaj, una semana donde se conmemora el momento en que los israelitas abandonaron Egipto como esclavos, y entraron como un pueblo libre a Israel, la Tierra Prometida», explicó Taube, quien desde hace 5 años trabaja en Israel como guía turístico.

Sin embargo, aunque aclara que la Pascua judía y la cristiana son dos festividades diferentes, señala que guardan una estrecha relación: La libertad.

En ambas celebraciones, la Pascua está basada en un hecho histórico y definitivo. En el caso de Israel es la liberación de la esclavitud de Egipto y la toma de conciencia de ser el pueblo elegido por Dios. En la Pascua cristiana se conmemora la muerte y resurrección de Jesús, un hecho fundamental que inaugura la liberación integral y definitiva de todo seguidor de Cristo, y la toma de conciencia de que todo creyente está llamado a formar parte del nuevo pueblo de Dios, la iglesia.

La Última Cena, el evento que entrelaza la tradición con el Nuevo Pacto

Para el pueblo judío, la celebración comienza el día 14 del mes de Nisán (primer mes del calendario hebreobíblico), que generalmente cae en el mes de abril del calendario gregoriano y se festeja durante siete días, de los cuales el primero y el último son días de descanso sagrado en los que está prohibido trabajar.

El propio Jesús, de origen judío, llegó a Jerusalén para unirse a la celebración de los israelitas. «Incluso, lo que hoy conocemos como la Última Cena, es la misma tradición que los judíos siguen celebrando hasta el día de hoy, pero que a partir de la muerte, pasión y resurrección de Jesús, tomó un nuevo significado para los creyentes», afirmó Ruben Taube,

Ruben Taube

En su última celebración de la Pascua judía, Jesús instituyó la Eucaristía. Por eso, los primeros cristianos ―que eran judíos― celebraban la Pascua de Resurrección a la par cronológica que la Pascua hebrea, hasta que el Primer Concilio de Nicea (en el 325 d. C.) separó la celebración del Pésaj de la Pascua cristiana, eliminando de ésta los elementos hebreos. Sin embargo dejaron el carácter móvil de la fiesta recordando que Jesús resucitó en la Pascua judía.

Aunque algunas veces las festividades coinciden en el calendario, este año la Pascua cristiana se conmemora del 20 al 27 de marzo, mientras que el Pésaj se celebra del 22 al 30 de abril.

Pese a la diferencia de fechas, la conmemoración de Pascua de los judíos y la de los cristianos, están marcadas por simbolismo similares, como lo son el pan sin levadura, el vino y sacrificio del cordero pascual.

En el Antiguo Testamento se describen diferentes tipos de sacrificios, entre éstos, los sacrificios de expiación de los pecados del pueblo, los cuales se hacían sacrificando un cordero.

Por ese motivo, cuando Dios decidió liberar a través de Moises a su pueblo cautivo por los Egipcios, le ordenó a los Hebreos inmolar por familia un cordero, indicándoles marcar con la sangre del cordero sacrificado el dintel de la puerta para que el ángel exterminador los perdonara cuando esa noche viniera a herir a los primogénitos egipcios. Desde ese momento, la sangre del cordero tuvo para los israelitas un valor redentor.

«Me llama la atención que Dios utilizara esa festividad, para ahí insertar a Jesús, que es nuestro Cordero. La Pascua de los judíos es profética, y la nuestra es la realización del Cordero, nuestro Salvador», reflexionó el Dr. Edwin Lemuel Ortiz, pastor de la iglesia Auditorio de la Fe, en Miami, y Presidente la Nueva 88.3 FM, emisora que anualmente realiza viajes a Israel.

Ps. Lemuel Ortiz - La Nueva

«Realizamos nuestros viajes a Israel en diciembre, no por asunto de calendario sino de logística, porque sabemos que Jesús no nació en diciembre. Como creyentes, visitamos Jerusalén por el acontecimiento que vivla historia, de que Dios se insertó en esta tierra a través de un niñ, afirmó el pastor Lemuel, agregando que a fin de año el clima es más favorable y los precios más asequibles para los turistas.

Tras las huellas de Jesús

Durante la Pascua, cristianos de todo el mundo recorren en orden cronológico las calles que caminó Jesús durante su última semana en la tierra.

En su gran mayoría, los turistas son católicos y los recorridos que realizan están cargados de rituales y procesiones, que comienzan el Domingo de Ramos con la ‘entrada triunfal de Jesús’ en la ciudad de Jerusalén, y culminan el Domingo de  Pascua, conmemorando su resurrección.

 Domingo de Ramos

La conmemoración de la Semana Santa inicia el Domingo de Ramos, con la procesión de Palmas y la Misa Solemne celebrada en la Iglesia del Santo Sepulcro.

A este templo también se le conoce como Basílica de la Resurrección, y es considerado uno de los lugares más sagrados del cristianismo, debido a que la tradición indica que ese fue el lugar de la crucifixión, entierro y resurrección de Jesús.

Sin embargo, vale la pena aclarar que mientras que el templo es disputado y custodiado por diversas confesiones cristianas, entre ellas, católicos, armenios ortodoxos, y ortodoxos griegos; una creciente comunidad de cristianos protestantes difiere de que ese sea el lugar sagrado donde fue enterrado Jesús, argumentando que la verdadera tumba de Cristo está ubicada en el lugar llamado Tumba del Jardín, localizada al norte de la Puerta de Damasco.

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El pastor Edwin Lemuel Ortiz, quien ha tenido la oportunidad de visitar los dos lugares que reclaman ser el sitio original del tumba vacía, afirma que la Tumba del Jardín es el lugar que tiene mayor concordancia con las descripciones de la Biblia.

«La escritura es nuestro referente. Y la referencia bíblica del evangelio de Lucas, tiene una descripción muy certera que nos hace pensar que muy probablemente el lugar que le llaman la Tumba Vacía, es el lugar real donde Jesús fue enterrado y luego resucitó. Por ejemplo, hay evidencias de que esa era una tierra que pertenecía a un hombre rico, algo que coincide con las descripciones de José de Arimatea, que según la Biblia, era el propietario del sepulcro en el cual fue depositado el cuerpo de Jesús después de la crucifixión. En ese lugar también hay un huerto, y, desde ese mismo lugar hay observación a la piedra que llaman la Carabela», declaró el pastor Lemuel Ortiz, quien ha liderado a más de 500 peregrinos en 5 viajes a Tierra Santa.

Pese a las evidencias bíblicas que sustentan la autenticidad de la Tumba del Jardín, Ruben Taube, le explica a las personas realizan los viajes turístico con él, que ambos lugares tienen elementos arqueológicos e históricos que los validan. Por eso, afirma que independientemente de cuál sea el lugar exacto de la muerte y resurrección de Jesús, lo que debe ser relevante para el creyente, es que la tumba está vacía.

Jueves Santo

La jornada del Jueves Santo es quizá la que despierta los sentimientos más variados entre los peregrinos, quienes se sienten vulnerables al conmemorar la Última Cena, el lavado de pies por Jesús a sus discípulos y las horas de angustia que vivió previo a su arresto en Getsemaní.

Ese día, desde muy temprano en la mañana, miles de creyentes se dan cita en la Plaza de la Basílica del Santo Sepulcro, que previamente es resguardada por las vallas de seguridad y la policía israelí, para evitar accidentes y mantener el orden durante la actividad.

Al anochecer, los peregrinos se dirigen hacia la Basílica de las Naciones, construida junto al Jardín de Getsemaní. La oración y la reflexión acompañan a los visitantes que preparan sus corazones para revivir la Pasión de Jesús, que tendrá lugar el día siguiente.

Viernes Santo

Desde las primeras horas del Viernes Santo se desarrollan diferentes procesiones a lo largo de la llamada Vía Dolorosa, que marca el recorrido que Jesús hizo cargando con la cruz en dirección al lugar de su crucifixión. Esta calle contiene nueve de las quince estaciones del Viacrucis, que culmina en la Iglesia del Santo Sepulcro, donde se ubican las seis estaciones restantes.

En medio de la multitud se destacan las personas que cargan grandes cruces de madera por las milenarias calles de la Ciudad Vieja de Jerusalén. Otros tocan instrumentos y algunos cantan himnos que recuerdan la Pasión de Jesús y su sacrificio en la Cruz del Calvario.

Sábado Santo

La iglesia del Santo Sepulcro, se convierte en el eje central del peregrinaje del Sábado Santo. Durante la mañana los católicos celebran la misa de la vigilia, y al atardecer los cristianos anglicanos participan de los servicios religiosos que se realizan en el Jardín de la Tumba.

 Domingo de Pascua

Para los seguidores de Jesús en todo el mundo, la fecha de mayor importancia del año litúrgico cristiano es el Domingo de Resurrección, una conmemoración que se vive de manera especial en Jerusalén, el lugar donde ocurrieron los hechos. Para los luteranos, la Eucaristía de Pascua se lleva a cabo en el Monte de los Olivos, mientras que los protestantes participan en los servicios en inglés en la Tumba del Jardín y en otras iglesias protestantes en Jerusalem.

Aunque las procesiones finalizan al culminar la Semana Santa, y muchos peregrinos regresan a sus países de origen, la ciudad de Jerusalén es visitada diariamente por turistas que en cualquier fecha del calendario saben que pueden caminar por las mismas calles que recorrió Jesús.

«Todo evangélico, católico, y creyente en general, debe viajar a Israel aunque sea una vez en la vida, independientemente de la época. Israel es una tierra muy bendecida, de mucha promesa, y es el escenario donde Jesús caminó», enfatizó el pastor Edwin Lemuel Ortiz, quien destacó que ya se encuentra en los preparativos para su próximo viaje a Israel.

Por Fayra Castro – www.elmensajecomunicaciones.com

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